Actualmente en ruinas consolidadas, la antigua iglesia de Santiago aparece ya citada en documentos del siglo X, de época del rey Fruela II. En la Edad Media adquirió su configuración definitiva, aunque fue objeto de diversas reformas y ampliaciones. 

Contaba con planta de planta latina, con nave única y cabecera recta. 

Estuvo en uso hasta 1922, cuando se acordó (gracias al patrocinio de los marqueses de Ferrera) la construcción de un nuevo templo, en estilo neogótico, en un espacio cercano, colindante con la carretera N-632.