Catedral d’Uviéu

La catedral de San Salvador de Oviedo se localiza en el centro del casco histórico de la capital asturiana, en el lugar donde el rey Alfonso II el Casto (791-842) promovió la construcción de varias edificaciones palatinas y eclesiásticas como consecuencia del traslado a esta ciudad de la capital de su monarquía.

Tal y como ha llegado a nuestros días, la catedral ovetense es un templo gótico, construido entre los siglos XIV y XVI, construido sobre precedentes edificios prerrománicos (de los que pervive la Cámara Santa) y románicos, y al que posteriormente se le añadieron nuevos elementos, sobre todo en época barroca.

Al exterior la catedral el conjunto catedralicio está presidido por la única torre gótica sita en un extremo del pórtico (concebido a modo de logia), a los pies de las naves, y que con su altura de 80 metros domina el perfil de la ciudad antigua ovetense.

La catedral tiene una longitud total, incluidos pórtico y girola, de 84,55 metros, siendo su ancho, a la altura del transepto, de 47,80 m. Cuenta el templo con planta de cruz latina, con tres naves, siendo más ancha y alta la central (67 m de largo, 20 m de altura y 10 m de ancho, frente a los 6 m de ancho de las naves laterales). La nave central termina, tras un tramo  recto previo, en el único ábside que ha llegado a nuestros días, presidido por el monumental retablo tardogótico. Los ábsides laterales dieron paso en el siglo XV II a la embocadura con la girola entonces abierta. El transepto está muy marcado en planta y en altura,

En siglos barrocos se abrieron diferentes capillas, que fueron enriqueciendo el plano del conjunto. Entre ellas destacan las dedicadas a Santa Eulalia, Santa Bárbara y las llamadas capillas de los Vigiles y de Santa María del Rey Casto (sobre un antiguo templo prerrománico y a cuyos pies se levanta el panteón de los reyes asturianos).

El conjunto se completa con el claustro gótico, desde el que se accede a la sala capitular, y que en su planta superior alberga el Museo de la Iglesia de Asturias.

La Cámara Santa, el gran relicario de la catedral, es de época prerrománica (siglo IX), localizándose junto a la torre vieja construida en ese momento para su defensa.

La catedral de San Salvador de Oviedo se localiza en el punto de conexión de tres rutas del Camino de Santiago. Es el punto de origen del Camino Primitivo, ya que según la tradición, nada más conocer la noticia del descubrimiento de la tumba del apóstol en Compostela, el rey Alfonso II partió desde su palacio ovetense (del que hoy se conserva la Cámara Santa, incluida en el complejo catedralicio) para honrar la tumba de Santiago. Igualmente, la catedral es el punto de destino del Camino del Salvador, el desvío del camino francés que permitía a los peregrinos desviarse de esa ruta en León para atravesar la cordillera cantábrica y visitar las reliquias conservadas en la catedral ovetense. Por último, a San Salvador de Oviedo llega también un ramal que parte del Camino costero en Villaviciosa.

Existen noticias históricas alusivas al paso de peregrinos por la catedral de Oviedo desde épocas muy tempranas. Así, en 1075 el rey Alfonso VI visita las reliquias de la Cámara Santa y divulga la riqueza y variedad de las mismas (destacando el Arca Santa con el Santo Sudario y las cruces de la monarquía asturiana), propiciando de esta manera el deseo de muchos peregrinos de visitar el templo ovetense, que llegó a ser considerado como el segundo lugar de peregrinación más importante de España sólo por detrás de Santiago de Compostela.

La catedral de Oviedo cuenta desde 1438 con su propio jubileo, conocido como el de la Santa Cruz, de concesión anual (y no sólo en Años Santos como sucede en el caso de Compostela). De esta manera, todos los peregrinos que visitan la catedral entre los días 14 y 21 de septiembre ganan la indulgencia plena (la llamada Perdonanza).

En el interior de la catedral existen una serie de lugares que todo peregrino debía visitar. En primer lugar, está la Cámara Santa, principal relicario de la iglesia española y testimonio de la primera época constructiva del conjunto, en época prerrománica. En época medieval y posterior, el acceso a la Cámara Santa se realizaba por la llamada Puerta de la Perdonanza, en el crucero sur, ascendiéndose desde allí por el interior de la torre de San Miguel hasta el piso superior de la Cámara. En las paredes de esas escaleras perviven numerosos grafitos de antiguos peregrinos que dejaron de esta manera testimonio de su paso por  San Salvador.

Otro rito imprescindible de todo peregrino que se precie es la oración ante la imagen de San Salvador, gran escultura pétrea del siglo XII localizada en la actualidad en el punto de confluencia de la capilla mayor y el acceso meridional de la Girola. Ante esta imagen se postraron durante siglos los romeros, existiendo incluso canciones alusivas a ello, caso de la célebre francesa que señala que “Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y deja al Señor”.

El recorrido jacobeo por la catedral de Oviedo continuaba con la visita a reliquias tan importantes como la Santa Hidria, una tinaja que se dice que estuvo presente en el episodio bíblico de las bodas de Caná, y que ahora se conserva en una hornacina del transepto Norte.

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