Edificio de grandes dimensiones propiedad en principio de los condes de Santa Engracia y que a comienzos del siglo XX pasa a las manos del indiano Sinforiano Dosal Sobrino, quien reforma la construcción anterior en 1908 con un proyecto de Juan Miguel de la Cruz, una de las grandes figuras de la arquitectura asturiana del siglo XX.
Es éste un edificio complejo, con dos niveles y un ático. En planta, cuenta con dos volúmenes, uno posterior rectangular precedido de otro más estrecho hacia la calle y el Camino de Santiago. La fachada principal es apaisada, con la entrada principal en el centro, precedida de una escalinata cubierta por un pórtico sostenido por columnas jónicas de hierro, sobre el que se desarrollan dos miradores superpuestos, que rematan con una mansarda. Sobre los dos niveles de esta fachada se desarrolla una terraza, delimitada con arquillos de piedra. En la parte trasera del edificio se levanta una torre con grandes ventanales cubierta con una mansarda troncopiramidal, siendo éste el elemento más representativo de la construcción.
Al igual que el resto de grandes villas de esta zona de Llanes, el palacio se localiza en el centro de una gran finca, con jardín, delimitada por un cierre de piedra y rejería hacia la carretera.