Se trata de uno de los edificios civiles más antiguos que se conservan en Asturias, de época gótica (siglo XIV), en el que la tradición señala que se hospedó el rey Pedro I el Cruel o el Justiciero. De esa época inicial de la construcción se conserva la fachada que da hacia la calle de la Ferrería, por la que discurre la ruta jacobea. 

Esa fachada medieval cuenta en la planta baja con dos puertas configuradas a modo de arcos ojivales, que posiblemente fueran el acceso a negocios asentados en esa parte de la construcción. Sobre esas puertas se desarrolla un amplio tramo intermedio de construcción ciega, sin huecos, realizado, como toda la fachada, a base de sillares de piedra rectangulares. En el medio de esa estructura aparece una línea conformada por seis canecillos que seguramente sustentarían en época antigua un pórtico o porche. Sobre ellos, y encima de una línea de moldura, aparecen cuatroventanas geminadas de arco de medio punto. 

El edificio experimentó diversas reformas y reestructuraciones con los siglos, albergando en la actualidad el archivo municipal de Avilés.