Población con alrededor de 200  habitantes sita en la rasa costera existente entre el Cantábrico y las primeras estribaciones de la Sierra de La Borbolla, a una altitud media de 40 metros. Es una población de gran desarrollo espacial, con el caserío disperso en diversos barrios, en torno al núcleo desarrollado a partir de la iglesia parroquial de San Acisclo y una serie de grandes casonas de promoción indiana como la de Santa Engracia  o el palacio del conde del Valle. En la plaza pública se conserva una bolera tradicional.