Prerrománico Asturiano

Pudiera parecer que el término prerrománico define un periodo aún imperfecto, anterior al románico hegemónico; sin embargo, estamos ante la brillante etapa final en la que cristalizan tradiciones que se remontan al arte paleocristiano, que beben del mundo clásico y que demuestran la participación de Asturias en la vanguardia cultural europea de la Alta Edad Media. Atesoramos obras fechadas entre los siglos VIII y X que acreditan el desarrollo del Reino de Asturias, comparable al de las cortes bizantina o carolingia, pero también de reducidas comunidades monásticas, demostrando así una riqueza intelectual de la que hoy apreciamos su huella artística. Estos promotores contaron con artistas expertos, con gran dominio técnico y capacidad simbólica, integrando escultura y pintura o custodiando la delicada orfebrería

Se considera el conjunto más completo y homogéneo de arquitectura altomedieval de Europa occidental, geográficamente concentrado y con una excepcional calidad de conservación de su estado primigenio, factores que lo convierten en único. Se desarrolló en el momento de máximo esplendor del emirato de Córdoba y trascendió su tiempo influyendo en la posterior arquitectura europea.
En perfecta lógica, ya en 1985 la Unesco inscribió varias de estas obras en su lista de Patrimonio Mundial, ampliando la nómina en 1998 hasta los seis monumentos asturianos del siglo IX que hoy gozan de tal privilegio. A éstos se suman otras construcciones y piezas artísticas que invitan a recorrer varios concejos para su descubrimiento.

En Oviedo/Uviéu podemos encontrar varios de los más emblemáticos y ricos elementos arquitectónicos de esta arquitectura; Cámara Santa, San Julián de los Prados, San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco y La Foncalada.

Otros edificios están también dentro de la ruta Xacobea como Santa Cristina de Lena o Santiago de Gobiendes configurando un estilo propio y característico.

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