Iglesia ya citada en documentación del año 1004 (una donación a la catedral de Oviedo), y que conserva una lápida con la fecha de su consagración por el obispo Pelayo en 1121.
Es un templo de planta de cruz latina, con nave única, capillas que configuran una especie de crucero y ábside de planta cuadrada. Conserva de época románica la portada sita a los pies de la nave, con arco de medio punto sobre impostas. Cuenta con pórtico sobre un murete de piedra y sostenido por columnas de piedra.
En su interior cuenta con varios retablos del siglo XVII, una sepultura del XVI y pinturas murales en la bóveda, así como un interesante calvario gótico.